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miércoles, 20 de enero de 2016

UNA VIDA DISTINTA EN CADA AMANECER


Cierro mis ojos, y hasta en mi pasado me encuentro sola, no tan sola, a veces me acompaña un ángel, un Lázaro niño que debo cuidar, una dulce mano que me sujeta en los espacios dilatados, como cuando mis pies se escapan y se tiran a andar, creyendo ir en el camino correcto a encontrar mis pedazos de existencia perdidos o los fragmentos de mi alma disuelta. Es la sombra que le gana a mis huellas, la claridad lejana del invisible aire de los estrechos horizontes difíciles. 

Sepan que mi verdad salta continuamente sobre una nube rota en la albura de un murmullo disuelto y deformado y cuando mi dolor se curva sobre las amapolas, un pedazo de cielo azul, es el único que me da refugio entre su humilde terciopelo de instantes y el crepúsculo tardío de un tiempo clavado en la punta melancólica de una montaña, dónde me limpio el barro que metieron en mi boca y de los oídos las hipócritas mentiras agusanadas . 

Juro que intenté muchas veces no ahogarme en esta tierra traicionera, pero muchos de mis pasos se clavaban en el cemento ,tapiando toda salida,  por eso muchas veces, me fui volando (dejando solo mis pies en la tierra), otras tantas levante gigantescos muros, agrios muros entre el amor y el olvido y entre aquello que creí haber amado... y me fui cansando en este largo viaje desde los pies hasta la cabeza. Estoy muy agotada y mi alma necesita un descanso, un pequeño silencio, una dulce miel que calme el hambre de mis raíces que van muriendo... 

Estoy quieta ahora, recordando aquellos gritos que silenciosos salían de mi pecho, aquellas lágrimas que de mis ojos brotaban y hacían temblar mi vientre cuando un dolor me atormentaba o como cuando enterraba mi cabeza en la tierra y hurgaba sus capas y solo hallaba cucarachas amontonadas y yo me decepcionaba . Entonces me detengo, en este punto me detengo, porque aún no entiendo por què no recuerdo los mejores momentos vividos y es acá donde el  frío llega y se queda más que un instante y se incrusta  en mis párpados y me ciñe entera como un demonio enloquecido y esto duele, me punza las entrañas. 

He llegado tan lejos! hasta dónde nadie jamás pudo llegar nunca y no fue un camino breve, todo lo contrario, llegué hasta las últimas rocas, donde el mar choca y se revienta continuamente en su infinito, hacia un lado y hacia el otro y todo esto lo hice sola, entre un paisaje somnoliento que nunca quiere despertar y el revoltijo de una ruta que te hace volver a empezar una vida distinta, cada vez que amanece, sin dejar que olvides el pasado y los perdidos sueños silenciosos.



TITULO :UNA VIDA DISTINTA EN CADA AMANECER

Poema: Texto completo.]  

Autora :Azul Strauss Markuart 

19 DE ENERO del 2016  
BUENOS AIRES.ARGENTINA  
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