NO FUISTE EL ÚNICO EN MI VIDA

La verdad debo confesar que mi cuerpo jamás fue tan insensible, mucho menos frío, solo que nunca se acomodó al dominio cautivante de ningún hombre. Bajo mis sábanas le abrí mis piernas a los buenos ritmos en excesos, hombres sin caretas, hombres que no tuvieron miedo de aferrarse a las curvas de un demonio, hombres que nunca dejaron dolor en mi piel ni hundieron un negro puñal en mis venas excitadas. 

Con esta revelación no quiero decir que soy la organizadora de todo la promiscuidad de este cínico planeta, tampoco estoy arengando el libre albedrío, todo lo contrario, acepto que las personas hagan con su libertad lo que deseen, mientras no expolien la mía. Amo la diversidad, me gusta mucho saborear el pecado, eso me da vida, pero no soy ninguna asesina de la virginidad masculina. 

Allí donde se forma el origen del gozo, yo bebo, respiro y a ninguno de ellos les prometo nada, ni siquiera me enamoro, ni los sueño cuando duermo, solo los deseo por un rato, en esta mi práctica, donde renuevo continuamente, cuerpos, tamaños, sustancias y sensaciones, hasta que me inyectan placer y luego...luego...al final les contaré. 

La cuestión es que nunca dejo que el silencio explote en mi cabeza. Cada noche puedo percibir que el hambre y la sed que experimentan mis huesos, es insoportable, mis poros se abren a todos los sentidos, entonces cuando esto  ocurre me calzo en disfraz de puta y salgo a buscar todos los aromas que encuentre por el camino y no paro hasta tropezar contra algún lánguido vicio, algún susurro perdido que sea capaz de ceder ante mi ardiente provocación y se envuelva de la tórrida brizna fogosa de mis fantasías, cuando mis dedos, muy despacio, le bajan su cremallera detrás de la timidez de un cristal mohoso. Y me llevo a la boca todos los sabores que descubro, alimentando mi propio cuerpo hasta que esa lujuria de ramera que poseo comience a desaguar, sin nunca inclinarme al frenesí del amor, solo al deseo delirante del momento. 

Tuve muchos amores que creí amar con locura, pero más tarde comprendí que no era amor eso, solo lujuria, hambre, caprichos de la naturaleza. Sé que le he dolido a algunos, que fui ausencia en pertenecer, pero todos supieron antes, que lo bello de mí le pertenece a un solo hombre... 

En la lejanía del paisaje donde se resaltan estos romances temporarios, nunca perdí nada, solo alguna que otras veces, un par de palabras, porque mis pasos siempre fueron por placer, dónde todas las noches, así como llegaba me iba sin dejar huellas, sin dejar nada. Solo me cruce en esta vida con un solo ruin, un gran simulador, un brujo negro sin escrúpulos, pero no me detendré a hablar de él, prefiero, sin embargo, contarles, que uno de ellos, fue el que mejor me beso, cuando en un descuido apoyó su boca en la mía, ese día Benji, así se llama, me hizo el amor con su boca, con su lengua. 

Tengo bien en claro que persigo algunos vicios contrarios a toda virtud y hasta quizás sea la deshonra de mi  género, pero no enveneno a nadie, jamás prometo nada y siempre voy huyendo cuando noto que alguien quiere más de lo que puedo darle, entonces etiqueto su nombre con mis silencios y lo cuelgo del cordel de los olvidos sobre fronteras deformes que separa mis sueños de la realidad y al finalizar, me recuesto al lado de mi amado y comienzo a soñar. 

DEDICADO A MI GRAN AMIGO IGNACIO DÀVILA.

PARA:LA ESPINA ORIGINAL DE MIS COSTILLAS

AZUL STRAUSS MARKUART

17/02/2016

BUENOS AIRES-ARGENTINA

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